En mi clase somos más de 100 personas. Si se multiplica esa cifra por todas las universidades españolas que imparten la carrera se obtienen miles y miles de periodistas cada año con unas expectativas muy altas para encontrar el trabajo de su vida. Tanta gente buscando un puesto es inviable ya que no todos lo encontrarán.
¿Y qué marca la diferencia entre los parados y los que empezarán a trabajar? Si obviamos el enchufe, la respuesta es la formación. Como estudiante de periodismo, soy consciente de que a cuantas más clases o cursos asista mejor me irá a partir del día salga de la universidad. No sólo porque sabré enfrentarme a las tareas que me manden desarrollar, que también, pero principalmente, porque mi currículum se alargará considerablemente. Y es que parece que los empresarios contratan según el peso del currículum.
Por esta razón, ¿por qué no estudiar idiomas? Además, dada la sociedad multiculural, interconectada y global en la que vivimos no estaría mal que pudieramos comunicarnos con gente que esté fuera de las fronteras de nuestro país, que son muchas. Como no podemos esperar que otros hablen nuestra lengua, ¡hablemos nosotros la suya! El aprendizaje de otro idioma es muy complejo pero muy satisfactorio a largo plazo. Además cuantas más aprendas, más sencillo te parecerá conocer la siguiente.
Sé que no hablo de nada nuevo, pero no está mal recordarlo de vez en cuando.