La función de los corresponsales en otros países es ahora más importante que nunca. En España queremos saber lo que ocurre en la revuelta de Libia al segundo, en Estados Unidos quieren saber con menos de 5 minutos de diferencia qué sucede en las centrales nucleares japonesas. Y la forma más fiable de saberlo es en persona. Mandando a un corresponsal al lugar de los hechos, los medios se aseguran tener una experiencia en primera persona de los sucesos.
Especialmente en las revueltas de los países árabes o en diversos conflictos en China, los corresponsales tienen una figura imprescindible. Los gobiernos de los países que carecen de democracia no quieren dejar salir las noticias sobre su deplorable conducta nada de acuerdo con las libertades. Sin embargo, los corresponsales intentarán difundir lo que realmente sucede para que desde la distancia juzguemos la situación. A pesar de ello, muchas veces son acallados en nombre de la justicia. Nada de lo que se diga se acerca a lo que sufren y los peligros que corren los corresponsales que hacen su trabajo en sitios con conflictos. Las jornadas son muy duras no sólo por las dificultades que el terreno entraña sino también porque trabajan las 24 horas del día. Un duro trabajo que, por otra parte, no rechazaría.
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Benjamin Frankiln, no fue presidente por mucho que diga El País http://es.wikipedia.org/wiki/Benjamin_Franklin |